¡Hola! Seguimos hablando de anticoncepción frente al deseo de concebir
¿Para qué? Para DESPATOLOGIZAR EL PROCESO
Los procesos vitales y sobretodos los más comprometidos PUEDEN y tiene lógica que lleven tiempo para que cuerpo – mente – espíritu se adecuen a ellos
Si tenes hoy entre 36 y 55 años aproximadamente (como yo) pertenecemos a la Generación X. Nosotros somos una generación de transición respecto a los temas de sexualidad y fertilidad. Por qué? La generación anterior fue llamada Baby Boomers, lo que significa el boom de bebés. Se trata de una generación donde hubo una explosión de nacimientos muchos no deseados debido a la “liberación sexual”. En ese entonces llamaron liberación a tener sexo sin cuidados de ningún tipo, y por lo tanto proliferaron las enfermedades de transmisión sexual y los embarazos. En ese momento las mujeres empezaron a preguntarse sobre la sumisión y la liberación, empezaron a ser más activas en las universidades y empleos pero aún era muy incipiente la posibilidad de llevarlo a cabo.
Por eso el mundo de la ciencia respondió generando la “píldora anticonceptiva”.
Con la píldora, la sociedad pudo librarse del boom de bebés y fue una buena solución específicamente para ese momento del mundo.
Pero nosotros, la Generación X venimos después, con una gran trayectoria y maestría para la anticoncepción. Entonces nuestras madres o hermanas mayores, nuestros educadores, en nuestra adolescencia literalmente nos insistieron con los cuidados y con la anticoncepción. Nuestros ginecólogos nos ofrecieron la píldora desde muy chicas. Y así asociamos la sexualidad con un peligro y algo digno de ser evitado. Nuestras madres ya sentían la necesidad de salir de la casa y de dejar de dedicarse exclusivamente a los hijos, y nos transmitieron su deseo y su frustración.
No se a vos, pero a mí mi mamá de chica y por años me dijo “hija no seas dependiente de un hombre, estudiá y trabajá”.
Y así lo hice, y para eso había que anticoncebir. Tan buena alumna era que hasta mi cuerpo inhibió la ovulación.
Y así pasamos la mayoría de nuestra adolescencia y adultez joven: de la mano de la anticoncepción.
Un día llega el deseo (o el mandato) o un poco de ambos de maternar, la casa, la pareja, etc y decidimos recibir un hijo. Dejamos la píldora y queremos que en 2 o 3 meses llegue el test de embarazo positivo. Muchas veces ocurre, pero muchas otras no.
Y que hacemos? Nos desesperamos. Lo que te propongo es revisar esta historia y tus propias vivencias y creencias al respecto. Si te sentís identificada podes empezar a alivianarte sabiendo que es parte de una generación entera. Que no es que “tendrías que haber empezado antes”. Nosotras empezamos cuando pudimos, cuando lo sentimos y lo que podemos hacer es hoy activamente entender para qué nuestro cuerpo nos está diciendo hoy que NO a la concepción. Y que con paciencia y con algo de trabajo podemos proponerle abrirse a este nuevo espacio desde una nueva mirada. La concepción consciente. El equilibrio de responsabilidades entre madre y padre frente a la crianza. El permitirnos ser mujeres madres, profesionales y deseantes.
Con cariño siempre
JOR