Nidra Mater

Categoría: Tratamientos que no funcionan

¿Qué hago si mi tratamiento no funcionó?

Mi tratamiento no funcionó…. ¿ahora qué hago? Siento un vacío… frustración y enojo… Pero ya quiero hacer algo nuevo. Muchas, pero muchas mujeres me escriben con esas situaciones. ¿Querés saber mi mirada? seguí leyéndome. Al final te doy una idea para que me sigas conociendo y empieces a aplicar algunas de mis propuestas. La verdad no lo voy a adornar. Ese resultado es una porquería, le pusiste toda la energía, todo el cuerpo y el alma al tratamiento, hasta tu ilusión te hizo ser un poquito desatenta con las probabilidades y pensaste que sí o sí salías embarazada, y ahora no funcionó!!!!! Lo primero que te digo es que te entiendo, estuve ahí, no hice fiv pero si muchos de baja complejidad y no funcionaron. No te voy a decir que el día del negativo o de “los embrioncitos se detuvieron” y la probable siguiente explicación “tus óvulos no son tan buenos” vas a poder estar positiva porque esas frases, TODAS, apestan.  Te habías imaginado ya tu bebé en tu panza, aunque quisieras ser escéptica. Pero si es lo  que más deseás, es probable que lo hayas imaginado y luego reprimido al son de “no tengo que ilusionarme”. Bueno acá tienes doble trabajo, aceptar que te ilusionaste, y luego aceptar la desilusión total.  Todo esto te va a consumir energía, te va a sacar del eje (toda la maternidad te aclaro, lo hace) pero hoy sé que tu foco es el positivo, y es lo único que te importa, lo sé. Lo segundo que te digo entonces es que dejes salir esa frustración, enojo, tristeza, desilusión, no la reprimas porque “podía ser una posibilidad” pero no era seguro. Porque dentro tuyo sí era seguro, con la ayuda de la tecnología de avanzada SI vendría el bebé. Cuando no viene caemos, caemos profundo. Y si no, lo más probable es que lo estemos tapando. Porque le pusimos todo a este evento del tratamiento, toda la carga de los meses o años que llevamos en la búsqueda. Y aquí te aliento: animate a abrazar ese desastre que sentís hoy. y te doy 3 razones para que te lo permitas: 1- No es para siempre, poco a poco cuando drene todo esto vas a recuperarte y poder seguir adelante con tu sueño. 2- No estás sola, les pasa a la mayoría (aprox 35% de embarazos en cada FIV en Argentina es la estadística, es decir 65 tratamientos de 100 terminan sin embarazo) 3- Aún pensando en el resultado del positivo y nada más, te conviene drenar ahora la desilusión para poder seguir adelante. Todo duelo que no se transita es un duelo encajonado y puede generar hasta síntomas físicos, ¡así que adelante! Y otra razón para que puedas estar más triste aún ( no les pasa a todas pero muchas mujeres que recibieron la noticia) El “hay 2 embrioncitos”…. los viven por dentro como sus bebés en curso. Puede ser dudoso y difícil de entender si no lo sentiste, lo sé pero acá no hago una polémica por el inicio de la vida, solo quiero dar lugar al sentir de cada una. Si vos lo viviste, podés tener este duelo también a cuestas. Y el batacazo final, si no te lo dijeron, lo más probable es que te eches la culpa del “fracaso”. ¿Angustiante no? Y si insistís en preguntar la causa, no importa lo que te puedan decir, lo más probable es que en tu mente sea por VOS…. Dolor, culpa y miedo a no poder la próxima. Cansancio físico, mental, emocional. Ganas de no ver, ni contarle a nadie, ganas de ser abrazada en silencio, ganas de llorar y gritar. Bueno, todo eso lo pasamos muchas y lo comprendemos. Las que no, ni cerca, como todas las etapas especiales de la vida, necesitamos rodearnos de quienes lo vivieron para que nos puedan comprender. YO lo comprendo y te doy la idea de que lo dejes circular y lo vivas con presencia, no corras al próximo destino aún para evitar sufrir porque lo estarás dejando bajo la alfombra.  Por hoy llego hasta acá porque tengo más para decir de lo que pensaba… en 2 semanas viene la nueva entrega de este blog y ahí hablaré más de cómo seguir adelante cuando ya pudiste reponerte de semejante vivencia que te hace sentir un paso más atrás.  Te veo la próxima: cuando entendés que ya sabés como es, ya podés elegir seguir así o tomar otro camino. Ya lo intentaste por esta vía al menos una vez, ya no tenés esa falta a cuestas. Ya podés animarte a cuidarte y aprender a expandirte para elegir con más consciencia la próxima y acá entran mis propuestas. Porque como en todo en mi vida, me gusta reflexionar pero luego pasar a la acción. Cuando lo sientas, y tengas ganas de colaborar con tu cuerpo, mente y espíritu en pos de tu fertilidad, te espero para contarte mi 3 Secretos.  Hacé click aquí para recibirlo de manera gratuita. Con amor  Jor

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Retomando el camino después de un tratamiento

¡Buenas! acá seguimos, ya pasaron más días desde el “no implantó” o “no evolucionaron los embrioncitos”. Ya nos animamos a sentir la frustración, el enojo, la tristeza. Ya encaramos el duelo por los embrioncitos, por el endometrio forzosamente preparado para una gestación que no fue, por las proyecciones de fechas y signos de nuestros futuros hijos. Ya se nos fue desinflamando el cuerpo y recuperando el tamaño de nuestro corazón estrujado. Pero ahora hay que decidir cómo vamos a seguir… no es una decisión sencilla y seguro tenés además de tus voces internas, al menos a tu pareja o persona de confianza y a tu médico dando las indicaciones. Lo más importante que te puedo proponer ahora es apagar ese ruido exterior e ir hacia adentro. Sé que cuesta. Justo en estos momentos querés una solución muy rápida que te saque de esta situación de falta, de no pude, de algo está fallando en mí porque (y es una creencia a desterrar) “todas pueden menos yo”. Primero cada una con nuestra historia, nuestro ritmo. Eso de que todas las personas de más o menos la misma edad tenemos que estar con las mismas situaciones manifestadas al mismo tiempo,  es tratarnos de robots. Eso de que las situaciones socialmente aceptadas son las que cuentan, es para desterrar también. Por ejemplo en mi caso “a los 30 debería tener casa, trabajo, marido, un hijo”… ¡¿Qué es eso?!, en esa sentencia a la frustración segura no hay mención de cómo me siento. A los 30 era insegura, dependía de la valoración de otros: familia, jefes.  No podía estar sola conmigo misma sin angustiarme, me sentía insuficiente. Todo eso no era reemplazado por el “puesto corporativo, el sueldo, el marido y la casa”. El bebé no entraba en mis planes. Por eso ahora antes de tomar el siguiente paso, el siguiente tratamiento con óvulos propios, donados, congelados, Ya, mañana . ¿Qué pasa si te tomás unos meses? (podés poner un plazo para calmar tu mente) para prepararte y conectar más con tu verdadero deseo, con tus mandatos que no estás cumpliendo.  Es eso lo que en mi humilde opinión lo que SI podemos hacer: crear las condiciones para que llegue nuestro bebé. Más allá de las relaciones o el tratamiento, que enfocan en la fecundación del óvulo por el espermatozoide.  Ya lo sabés porque el tratamiento no funcionó, hay un largo trecho entre fecundar un óvulo y la llegada de tu bebé. Y podés crear esas condiciones. No podés garantizar su llegada, o cuándo será pero si podés prepararte cómo si estuvieras poniendote a punto para recibir a tu bebé como vos sola sabés que te sentís cómoda en recibirlo. Aquí en una parte de este camino sinuoso es que te puedo acompañar y brindar caminos más cálidos, completos, complementarios. Como yo o como Mariela, o como Gabriela, o cómo Agustina, Noe, Maru, varias Rominas, Priscilias, Giselas. Todas somos vos, sólo que en distintos momentos del espiral del tiempo. Aquí te esperamos con los brazos abiertos. Cuando lo sientas, y tengas ganas de colaborar con tu cuerpo, mente y espíritu en pos de tu fertilidad, te espero en el kit fértil.  Hacé click aquí para sumarte y recibirlo de manera gratuita. Con amor, Jor

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Mi tratamiento no funcionó…. ¿ahora qué hago?

Mi tratamiento no funcionó…. ¿ahora qué hago? Siento un vacío… frustración y enojo… Pero ya quiero hacer algo nuevo. Muchas, pero muchas mujeres me escriben con esas situaciones. ¿Querés saber mi mirada? seguí leyéndome. Al final te doy una idea para que me sigas conociendo y empieces a aplicar algunas de mis propuestas. La verdad no lo voy a adornar. Ese resultado es una porquería, le pusiste toda la energía, todo el cuerpo y el alma al tratamiento, hasta tu ilusión te hizo ser un poquito desatenta con las probabilidades y pensaste que sí o sí salías embarazada, y ahora no funcionó!!!!! Lo primero que te digo es que te entiendo, estuve ahí, no hice fiv pero si muchos de baja complejidad y no funcionaron. No te voy a decir que el día del negativo o de “los embrioncitos se detuvieron” y la probable siguiente explicación “tus óvulos no son tan buenos” vas a poder estar positiva porque esas frases, TODAS, apestan.  Te habías imaginado ya tu bebé en tu panza, aunque quisieras ser escéptica. Pero si es lo  que más deseás, es probable que lo hayas imaginado y luego reprimido al son de “no tengo que ilusionarme”. Bueno acá tienes doble trabajo, aceptar que te ilusionaste, y luego aceptar la desilusión total.  Todo esto te va a consumir energía, te va a sacar del eje (toda la maternidad te aclaro, lo hace) pero hoy sé que tu foco es el positivo, y es lo único que te importa, lo sé. Lo segundo que te digo entonces es que dejes salir esa frustración, enojo, tristeza, desilusión, no la reprimas porque “podía ser una posibilidad” pero no era seguro. Porque dentro tuyo sí era seguro, con la ayuda de la tecnología de avanzada SI vendría el bebé. Cuando no viene caemos, caemos profundo. Y si no, lo más probable es que lo estemos tapando. Porque le pusimos todo a este evento del tratamiento, toda la carga de los meses o años que llevamos en la búsqueda. Y aquí te aliento: animate a abrazar ese desastre que sentís hoy. y te doy 3 razones para que te lo permitas: 1- No es para siempre, poco a poco cuando drene todo esto vas a recuperarte y poder seguir adelante con tu sueño. 2- No estás sola, les pasa a la mayoría (aprox 35% de embarazos en cada FIV en Argentina es la estadística, es decir 65 tratamientos de 100 terminan sin embarazo) 3- Aún pensando en el resultado del positivo y nada más, te conviene drenar ahora la desilusión para poder seguir adelante. Todo duelo que no se transita es un duelo encajonado y puede generar hasta síntomas físicos, ¡así que adelante! Y otra razón para que puedas estar más triste aún ( no les pasa a todas pero muchas mujeres que recibieron la noticia) El “hay 2 embrioncitos”…. los viven por dentro como sus bebés en curso. Puede ser dudoso y difícil de entender si no lo sentiste, lo sé pero acá no hago una polémica por el inicio de la vida, solo quiero dar lugar al sentir de cada una. Si vos lo viviste, podés tener este duelo también a cuestas. Y el batacazo final, si no te lo dijeron, lo más probable es que te eches la culpa del “fracaso”. ¿Angustiante no? Y si insistís en preguntar la causa, no importa lo que te puedan decir, lo más probable es que en tu mente sea por VOS…. Dolor, culpa y miedo a no poder la próxima. Cansancio físico, mental, emocional. Ganas de no ver, ni contarle a nadie, ganas de ser abrazada en silencio, ganas de llorar y gritar. Bueno, todo eso lo pasamos muchas y lo comprendemos. Las que no, ni cerca, como todas las etapas especiales de la vida, necesitamos rodearnos de quienes lo vivieron para que nos puedan comprender. YO lo comprendo y te doy la idea de que lo dejes circular y lo vivas con presencia, no corras al próximo destino aún para evitar sufrir porque lo estarás dejando bajo la alfombra.  Por hoy llego hasta acá porque tengo más para decir de lo que pensaba… en 2 semanas viene la nueva entrega de este blog y ahí hablaré más de cómo seguir adelante cuando ya pudiste reponerte de semejante vivencia que te hace sentir un paso más atrás.  Te veo la próxima: cuando entendés que ya sabés como es, ya podés elegir seguir así o tomar otro camino. Ya lo intentaste por esta vía al menos una vez, ya no tenés esa falta a cuestas. Ya podés animarte a cuidarte y aprender a expandirte para elegir con más consciencia la próxima y acá entran mis propuestas. Porque como en todo en mi vida, me gusta reflexionar pero luego pasar a la acción. Cuando lo sientas, y tengas ganas de colaborar con tu cuerpo, mente y espíritu en pos de tu fertilidad, te espero en el kit fértil.  Hacé click aquí para sumarte y recibirlo de manera gratuita. Con amor  Jor

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Retomando el camino después de un tratamiento

¡Buenas! acá seguimos, ya pasaron más días desde el “no implantó” o “no evolucionaron los embrioncitos”. Ya nos animamos a sentir la frustración, el enojo, la tristeza.   Ya encaramos el duelo por los embrioncitos, por el endometrio forzosamente preparado para una gestación que no fue, por las proyecciones de fechas y signos de nuestros futuros hijos.   Ya se nos fue desinflamando el cuerpo y recuperando el tamaño de nuestro corazón estrujado.   Pero ahora hay que decidir cómo vamos a seguir… no es una decisión sencilla y seguro tenés además de tus voces internas, al menos a tu pareja o persona de confianza y a tu médico dando las indicaciones.   Lo más importante que te puedo proponer ahora es apagar ese ruido exterior e ir hacia adentro. Sé que cuesta. Justo en estos momentos querés una solución muy rápida que te saque de esta situación de falta, de no pude, de algo está fallando en mí porque (y es una creencia a desterrar) “todas pueden menos yo”.   Primero cada una con nuestra historia, nuestro ritmo. Eso de que todas las personas de más o menos la misma edad tenemos que estar con las mismas situaciones manifestadas al mismo tiempo,  es tratarnos de robots. Eso de que las situaciones socialmente aceptadas son las que cuentan, es para desterrar también.   Por ejemplo en mi caso “a los 30 debería tener casa, trabajo, marido, un hijo”… ¡¿Qué es eso?!, en esa sentencia a la frustración segura no hay mención de cómo me siento. A los 30 era insegura, dependía de la valoración de otros: familia, jefes.  No podía estar sola conmigo misma sin angustiarme, me sentía insuficiente. Todo eso no era reemplazado por el “puesto corporativo, el sueldo, el marido y la casa”. El bebé no entraba en mis planes.   Por eso ahora antes de tomar el siguiente paso, el siguiente tratamiento con óvulos propios, donados, congelados, Ya, mañana . ¿Qué pasa si te tomás unos meses? (podés poner un plazo para calmar tu mente) para prepararte y conectar más con tu verdadero deseo, con tus mandatos que no estás cumpliendo.  ¿Qué pasa si te empezas a preparar haciendo un Plan Preconcepcional? Si empezás a conectar con una red de contención con personas que SI estuvieron en tu misma situación. ¿Qué pasa si conectás con tu centro creador (útero,  trompas, ovarios, suelo pélvico en general) y liberas el enojo y hacés espacio?  ¿Qué pasa si te enfocás unos meses en nutri tu cuerpo, cambiar tu energía, para ser la mujer que querés ser cuando seas mamá? Es eso lo que en mi humilde opinión lo que SI podemos hacer: crear las condiciones para que llegue nuestro bebé. Más allá de las relaciones o el tratamiento, que enfocan en la fecundación del óvulo por el espermatozoide.    Ya lo sabés porque el tratamiento no funcionó, hay un largo trecho entre fecundar un óvulo y la llegada de tu bebé. Y podés crear esas condiciones. No podés garantizar su llegada, o cuándo será pero si podés prepararte cómo si estuvieras poniendote a punto para recibir a tu bebé como vos sola sabés que te sentís cómoda en recibirlo.   Aquí en una parte de este camino sinuoso es que te puedo acompañar y brindar caminos más cálidos, completos, complementarios.   Como yo o como Mariela, o como Gabriela, o cómo Agustina, Noe, Maru, varias Rominas, Priscilias, Giselas. Todas somos vos, sólo que en distintos momentos del espiral del tiempo. Aquí te esperamos con los brazos abiertos.   Si querés saber más tocá el siguiente link: Quiero saber más sobre cómo me pueden acompañar.      

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Mi tratamiento no funcionó…. ¿ahora qué hago?

Mi tratamiento no funcionó…. ¿ahora qué hago? Siento un vacío… frustración y enojo.  Pero ya quiero hacer algo nuevo Muchas, pero muchas mujeres me escriben con esas situaciones. ¿Querés saber mi mirada? seguí leyéndome. Al final te doy una idea para que me sigas conociendo y empieces a aplicar algunas de mis propuestas. La verdad no lo voy a adornar. Ese resultado es una porquería, le pusiste toda la energía, todo el cuerpo y el alma al tratamiento, hasta tu ilusión te hizo ser un poquito desatenta con las probabilidades y pensaste que sí o sí salías embarazada, y ahora no funcionó!!!!! Lo primero que te digo es que te entiendo, estuve ahí, no hice fiv pero si muchos de baja complejidad y no funcionaron. No te voy a decir que el día del negativo o de “los embrioncitos se detuvieron” y la probable siguiente explicación “tus óvulos no son tan buenos” vas a poder estar positiva porque esas frases, TODAS, apestan.  Te habías imaginado ya tu bebé en tu panza, aunque quisieras ser escéptica. Pero si es lo  que más deseás, es probable que lo hayas imaginado y luego reprimido al son de “no tengo que ilusionarme”. Bueno acá tienes doble trabajo, aceptar que te ilusionaste, y luego aceptar la desilusión total.  Todo esto te va a consumir energía, te va a sacar del eje (toda la maternidad te aclaro, lo hace) pero hoy sé que tu foco es el positivo, y es lo único que te importa, lo sé. Lo segundo que te digo entonces es que dejes salir esa frustración, enojo, tristeza, desilusión, no la reprimas porque “podía ser una posibilidad” pero no era seguro. Porque dentro tuyo sí era seguro, con la ayuda de la tecnología de avanzada SI vendría el bebé. Cuando no viene caemos, caemos profundo. Y si no, lo más probable es que lo estemos tapando. Porque le pusimos todo a este evento del tratamiento, toda la carga de los meses o años que llevamos en la búsqueda. Y aquí te aliento: animate a abrazar ese desastre que sentís hoy. y te doy 3 razones para que te lo permitas: 1- No es para siempre, poco a poco cuando drene todo esto vas a recuperarte y poder seguir adelante con tu sueño. 2- No estás sola, les pasa a la mayoría (aprox 35% de embarazos en cada FIV en Argentina es la estadística, es decir 65 tratamientos de 100 terminan sin embarazo) 3- Aún pensando en el resultado del positivo y nada más, te conviene drenar ahora la desilusión para poder seguir adelante. Todo duelo que no se transita es un duelo encajonado y puede generar hasta síntomas físicos, ¡así que adelante! Y otra razón para que puedas estar más triste aún ( no les pasa a todas pero muchas mujeres que recibieron la noticia) El “hay 2 embrioncitos”…. los viven por dentro como sus bebés en curso. Puede ser dudoso y difícil de entender si no lo sentiste, lo sé pero acá no hago una polémica por el inicio de la vida, solo quiero dar lugar al sentir de cada una. Si vos lo viviste, podés tener este duelo también a cuestas. Y el batacazo final, si no te lo dijeron, lo más probable es que te eches la culpa del “fracaso”. ¿Angustiante no? Y si insistís en preguntar la causa, no importa lo que te puedan decir, lo más probable es que en tu mente sea por VOS…. Dolor, culpa y miedo a no poder la próxima. Cansancio físico, mental, emocional. Ganas de no ver, ni contarle a nadie, ganas de ser abrazada en silencio, ganas de llorar y gritar. Bueno, todo eso lo pasamos muchas y lo comprendemos. Las que no, ni cerca, como todas las etapas especiales de la vida, necesitamos rodearnos de quienes lo vivieron para que nos puedan comprender. YO lo comprendo y te doy la idea de que lo dejes circular y lo vivas con presencia, no corras al próximo destino aún para evitar sufrir porque lo estarás dejando bajo la alfombra.  Por hoy llego hasta acá porque tengo más para decir de lo que pensaba… en 2 semanas viene la nueva entrega de este blog y ahí hablaré más de cómo seguir adelante cuando ya pudiste reponerte de semejante vivencia que te hace sentir un paso más atrás.  Te veo la próxima: cuando entendés que ya sabés como es, ya podés elegir seguir así o tomar otro camino. Ya lo intentaste por esta vía al menos una vez, ya no tenés esa falta a cuestas. Ya podés animarte a cuidarte y aprender a expandirte para elegir con más consciencia la próxima y acá entran mis propuestas. Porque como en todo en mi vida, me gusta reflexionar pero luego pasar a la acción. Cuando lo sientas, y tengas ganas de colaborar con tu cuerpo, mente y espíritu en pos de tu fertilidad, te espero en el kit fértil.  SI quiero recibir mi kit fértil. Con amor  Jor

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Las 4 Actitudes de la Fertilidad Consciente

La FERTILIDAD es la conexión con nuestra capacidad creadora, crear vida dentro nuestro para luego poder manifestarla en el mundo exterior. Desde esta mirada, recibir hijos es una de sus manifestaciones pero no la única. Más adelante te contaré entonces cómo activar esta capacidad en sentido amplio, y en el sentido de la reproducción humana, de manera natural. La fertilidad enfocada en recibir hijos desde mi punto de vista es un proceso en el que la persona se conecta con su poder interior, sus posibilidades, y se integra registrando deseos, miedos y todos los aspectos corporales, mentales y espirituales que se ponen en juego al querer convertirse en mamá o papá. Este proceso es uno de los más importantes en la vida ya que es el inicio del camino orientado a acompañar a otra persona a desarrollarse desde cero y por lo tanto vale la pena prepararnos y convertirnos en nuestra mejor versión para ello.   En general en la sociedad moderna no registramos este proceso hasta que tenemos problemas para concebir, lamentablemente cada vez con mayor frecuencia.  La buena noticia es que para el abordaje de la Fertilidad consciente que construyo hace 9 años desde mi propia historia, podemos hacer mucho para mejorar nuestra fertilidad.  La propuesta es centrarnos y orientar nuestra inversión de tiempo, dinero y energías a estar saludables y receptivos para propiciar la llegada de un hijo.  El ejemplo más claro de estas herramientas es la nutrición. Siguiendo el camino de lo que llamamos la “nutrición fértil” nos preparamos para que todo nuestro organismo esté en sus mejores condiciones para la recepción de un hijo, ¿Cómo?  Mejorando a través de hábitos alimenticios, la calidad de nuestras células en general y en particular las germinales (óvulos y espermatozoides), el endometrio (útero) que será el primer «hogar» de nuestro hijo, como así también la capacidad de nuestro organismo de adaptarse a las numerosas transformaciones que implica una gestación.  Así como ésta, hay muchas otras herramientas para explorar. Cabe destacar que todas requieren nuestro compromiso de trabajo interno y lo más importante, no tienen contraindicaciones. Te cuento mi primer secreto: eso hice yo cuando no conocía nada de esto y solo había ido como a 4 centros de fertilidad y cada vez me sentía mas lejos de mi objetivo: me abri a otras propuestas, empezaron a llegar y cada vez que iba a probar una, me preguntaba “esto me puede hacer mal”? esta persona me transmite amor? SI entonces iba con confianza y todo me hacía bien! Me empece a sentir cada vez mejor. En general en la sociedad actual no nos cuestionamos cuando invertimos años de nuestras vidas para estudiar una profesión que ejerceremos 30/35 años, pero no queremos asignar tiempo en prepararnos para gestar y acompañar a un ser que tendrá una expectativa de 90 aproximadamente y que nos dará la profesión de por vida más difícil y comprometida (ser mamás o papás).  Así queremos que en 10 minutos nuestro “plan” de ser mamás y papás se concrete y nos frustramos cuando el bebé no llega en el primer mes de “dejar de cuidarnos” y buscamos soluciones “rápidas”.  Según la fertilidad consciente traemos a la luz nuestros procesos internos e invertimos  nuestras energías en prepararnos para ser mamás y papás sea cual sea la forma que elijamos o necesitemos para que se produzca la concepción: natural, reproducción asistida, adopción y las múltiples formas de ma-paternar posibles. Podemos hablar ahora de hábitos y estilos de vida que contribuyen a crear un ámbito propicio para la llegada de un hijo con salud y bienestar que llamo “Pilares de la Fertilidad Consciente”. Pilar 1: Las actitudes Fértiles Integrarnos: Consiste en explorar y reconocer qué creencias, deseos, miedos, hábitos, están detrás del proceso de la “búsqueda” de un hijo e integrarlos al proceso, buscar ayuda si es necesario. Si solo nos centramos en el sistema reproductor estaremos dejando de lado todo lo que somos y que puede traernos por bloqueos inconscientes. Un ejemplo de esto es revisar con biodecodificación o constelaciones qué historias en nuestra llagada al mundo o nuestra familia están vinculadas a la maternidad-hijos-nacimientos que pueden estarnos dando la información de manera inconsciente de que NO es bueno para nosotros repetir esas historias y por lo tanto, las evitamos para protegernos.  Empoderarnos: el proceso de la fertilidad es interno y es propio. Nos conocemos, amamamos u odiamos nosotros mismos y por lo tanto podemos activar nuestra medicina interior. Los otros y la ciencia son herramientas que podemos usar cuándo y cómo lo necesite cada uno. Desde este punto de vista la propuesta es centrarnos en reconocer nuestro ritmo interno, nuestros ciclos, y transformar lo que sea necesario para que estén disponibles para la fertilidad. Ejemplo de esto es en las mujeres conocer profundamente nuestro ciclo femenino, la base biológica de la fertilidad. Conectar con la propia capacidad: A menudo cuando depositamos en otros (como los médicos) el poder sobre nuestro proceso de fertilidad perdemos confianza en nuestra propia capacidad creativa y la abandonamos. Cuando tenemos alrededor de 40 años a las mujeres nos dicen que estamos “viejas” para ser mamás y perdemos la confianza. Lo mismo si hay indicadores en estudios médicos que nos indican “bajas probabilidades” como la hormona “antimuleriana baja”. La propuesta es conectar con lo que SI tenemos, nuestra capacidad de crear vida. Puede ser a través de actividades artísticas o contacto con la naturaleza que podemos sentir el poder creador en nosotras y eso expandirlo a propio cuerpo. Enfocar en el placer: incluye dejar de enfocarnos en el sacrificio que tenemos que hacer para ser mamás-papás. Intentar “concebir” el día de la ovulación es una frustración segura y es muy probable que no lo logremos de esta manera si aún no lo hicimos. Así el foco del proceso buscaremos direccionarlo a encontrar más momentos de placer personales y de la pareja (entendiendo que el placer se trata de bienestar y por lo tanto de salud). Un ejemplo concreto es poner en agenda una actividad diaria

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