Retomando el camino después de un tratamiento

¡Buenas! acá seguimos, ya pasaron más días desde el “no implantó” o “no evolucionaron los embrioncitos”. Ya nos animamos a sentir la frustración, el enojo, la tristeza.

 

Ya encaramos el duelo por los embrioncitos, por el endometrio forzosamente preparado para una gestación que no fue, por las proyecciones de fechas y signos de nuestros futuros hijos.

 

Ya se nos fue desinflamando el cuerpo y recuperando el tamaño de nuestro corazón estrujado.

 

Pero ahora hay que decidir cómo vamos a seguir… no es una decisión sencilla y seguro tenés además de tus voces internas, al menos a tu pareja o persona de confianza y a tu médico dando las indicaciones.

 

Lo más importante que te puedo proponer ahora es apagar ese ruido exterior e ir hacia adentro. Sé que cuesta. Justo en estos momentos querés una solución muy rápida que te saque de esta situación de falta, de no pude, de algo está fallando en mí porque (y es una creencia a desterrar) “todas pueden menos yo”.

 

Primero cada una con nuestra historia, nuestro ritmo. Eso de que todas las personas de más o menos la misma edad tenemos que estar con las mismas situaciones manifestadas al mismo tiempo,  es tratarnos de robots. Eso de que las situaciones socialmente aceptadas son las que cuentan, es para desterrar también.

 

Por ejemplo en mi caso “a los 30 debería tener casa, trabajo, marido, un hijo”…

¡¿Qué es eso?!, en esa sentencia a la frustración segura no hay mención de cómo me siento.

A los 30 era insegura, dependía de la valoración de otros: familia, jefes. 

No podía estar sola conmigo misma sin angustiarme, me sentía insuficiente.

Todo eso no era reemplazado por el “puesto corporativo, el sueldo, el marido y la casa”. El bebé no entraba en mis planes.

 

Por eso ahora antes de tomar el siguiente paso, el siguiente tratamiento con óvulos propios, donados, congelados, Ya, mañana . ¿Qué pasa si te tomás unos meses? (podés poner un plazo para calmar tu mente) para prepararte y conectar más con tu verdadero deseo, con tus mandatos que no estás cumpliendo. 

  • ¿Qué pasa si te empezas a preparar haciendo un Plan Preconcepcional? Si empezás a conectar con una red de contención con personas que SI estuvieron en tu misma situación.
  • ¿Qué pasa si conectás con tu centro creador (útero,  trompas, ovarios, suelo pélvico en general) y liberas el enojo y hacés espacio? 
  • ¿Qué pasa si te enfocás unos meses en nutri tu cuerpo, cambiar tu energía, para ser la mujer que querés ser cuando seas mamá?

Es eso lo que en mi humilde opinión lo que SI podemos hacer: crear las condiciones para que llegue nuestro bebé. Más allá de las relaciones o el tratamiento, que enfocan en la fecundación del óvulo por el espermatozoide. 

 

Ya lo sabés porque el tratamiento no funcionó, hay un largo trecho entre fecundar un óvulo y la llegada de tu bebé. Y podés crear esas condiciones. No podés garantizar su llegada, o cuándo será pero si podés prepararte cómo si estuvieras poniendote a punto para recibir a tu bebé como vos sola sabés que te sentís cómoda en recibirlo.

 

Aquí en una parte de este camino sinuoso es que te puedo acompañar y brindar caminos más cálidos, completos, complementarios.

 

Como yo o como Mariela, o como Gabriela, o cómo Agustina, Noe, Maru, varias Rominas, Priscilias, Giselas. Todas somos vos, sólo que en distintos momentos del espiral del tiempo.

Aquí te esperamos con los brazos abiertos.

 

Si querés saber más tocá el siguiente link: Quiero saber más sobre cómo me pueden acompañar.

 

 

 

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