Ser receptivas para concebir
“Concebir un hijo es un acto receptivo, no un maratón que se puede programar dentro de la agenda diaria. Varios estudios indican que la atención excesiva al objetivo de tener un hijo podría ser causa de una maduración prematura de los óvulos dentro del ovario con la subsiguiente liberación de óvulos no preparados para ser fecundados” Dra Christiane Northrup en “Cuerpo de Mujer Sabiduría de Mujer” año 2000 En el artículo anterior te prometí hablar un poco más sobre esta tendencia que podemos tener algunas mujeres a tener muy activa la energía masculina y que esto puede tener que ver con el motivo de la NO llegada de nuestro embarazo. Aún cuando no es ninguna enfermedad y nuestras vidas pueden llegar a resultarnos funcionales para nuestras creencias y las de nuestro entorno, justamente el enfrentarnos a un deseo profundo de recibir un hijo que no se concreta puede estar poniendo de manifiesto algún desequilibrio en la presencia de nuestra energía receptiva que es predominantemente de tipo femenino. ¿Qué significa tener predominancia de energía masculina? No significa que parezcamos hombres, de hecho todo en el mundo tienen ambas energías. Pero quienes tenemos esta predominancia seremos: Mi hipótesis sobre por qué se da esto en mi, es que pertenezco a la Generación X y muchas fuimos educadas por mujeres que querían liberarse de la sumisión, del ser amas de casa, de tener la imposibilidad de salir de la casa y autoabastecerse y depender de un hombre. Asociamos todo esto a ser mujer, a lo femenino y buscamos equipararnos a los hombres. La Dra Northrup que cito arriba dice que para concebir hay que ser ÓVULOS y no ESPERMATOZOIDES y muchas mujeres buscamos más encarnar la energía de este tipo de célula germinal y no del óvulo que ESPERA al espermatozoide, el útero que recibe al EMBRIÓN mullido y calentito. Como si todas las cualidades del complejo acto de gestación las hubiéramos asociado a aquellas que queremos evitar para no repetir la historia de las generaciones anteriores de mujeres. Muchas de nuestras madres NO querían la dependencia y nos lo explicaron mucho y nos propusieron que seamos “profesionales” e “independientes” de nuestros maridos. No se, vos pero a mi me quedó marcado a fuego no solo porque me lo decían sino porque experimentaba la disconformidad de mi madre con su rol, podía sentirla. No digo que siempre sea así, por supuesto, sino que explicó uno de los motivos por los cuales puede haberse dado esta tendencia en mi a activar y preferir la energía masculina. Y a mi me cierra por todos lados. No necesito que alguien de afuera me lo confirme. En esta historia, la energía femenina fue asociada por mi (sin saberlo por supuesto) a cualidades no deseables: Y SI eran deseables las otras: Todas vinculadas a la energía de tipo MASCULINO. Y así mi cuerpo evitó la ovulación por muchos años. SOLO cuando yo misma -a los golpes y porrazos- me encontré con esto en sombras, lo acepté y me dispuse a amigarme con lo que necesitaba para estar receptiva, mi cuerpo empezó a habilitar la ovulación, el reencuentro con mi sexualidad, con mi emocionalidad fluctuante. Todo GRACIAS al hecho no de poder embarazarme y no saber para donde ir, con la imperiosa necesidad y deseo de entender a mi cuerpo, a mis circunstancias y de ser protagonista de mi encuentro con el arquetipo de la MADRE Como dicen mis mentoras de manifestación: “después de la noche más oscura, viene el amanecer” Sin saberlo, encarné mis energías ocultas, creé mi modelo deseado para ser mujer y mamá profesional a la vez, me vi maternal y a la vez de fuentes de ingresos y trabajo. Y solo allí el bebé que nos estaba esperando se hizo presente. Hoy de vez en cuando Mateo me recuerda con una simpleza que aún no se cuestiona: “mamá yo te estuve esperando mucho tiempo, y vos todos los días querías ser mamá, no?”. Si querés seguir escuchando sobre Fertilidad Consciente, te invito a mi Podcast! https://open.spotify.com/show/234Rfkbw5hLfHYwOYNaJ56 Con amor siempre Jor