El otro día recibí este gratísimo mail “Hola Jorgelina, muchas gracias, he realizado el taller del útero y me encuentro escribiendo un libro, desde que estoy conectada con el proceso creador me siento renovada, este mail del tiempo me da tantas esperanzas, gracias, realizo viajes vivenciales en los lugares energéticos y sagrados, vivo en Capilla del Monte Córdoba Argentina” La Fertilidad, la fecundidad y el útero materno Fertilidad es un estado Interno y Natural y no es igual a concebir un bebé. Fertilidad es lo que cuenta Mari en el mail que activa conectando con su espacio creador, no solo con mi taller sino desde su vivencia y su trabajo. Pero, ¿cuál es la relación con un bebé? ¿cuál es la relación con el útero y con la reproducción? Un bebé es otra vida que en este momento estás intencionando para que se manifieste en tu útero, en el seno de tu familia. El útero es la primera casa de todo cachorro humano. Y la reproducción es parte de nuestra fertilidad, pero como ser vivo y biológico es una parte secundaria, no es vital ser mamá o papá, es una de las posibilidades. Hoy quiero hablar del espacio del útero como primer hogar de todo ser humano. A mí me pasó y me impresiona mucho hoy ser la misma persona que hace ocho, nueve años pensaba que lo primero que tenía que hacer cuando decidimos buscar un bebé, era prepararle la habitación de la casa. Me preocupé porque pensé “no tiene habitación”. Ese “no tiene habitación” significa que no había un espacio en la casa libre, un cuarto para alguien nuevo, y me preocupé por eso y porque durante la gestación después del bebé estuviera preparada. La verdad es que todavía pocas veces la usó nuestro hijo, que tiene seis años. Así que ahora después de muchos años, de mucho recorrido para mí y en acompañar sobre todo mujeres en la búsqueda de gestar de manera consciente, de manera deseada, me atrevo a reunir algunas experiencias y conocimientos en un Taller para conectar y liberar tu útero. Parte de lo que comparto lo aprendí en la formación en terapia sacrouterina que hice en 2017, parte viene de lo que investigué estos años y hoy quería contar que yo hago mucho desarrollo personal para mí. Leo y escucho de personas de las que me interesa su mirada, y la verdad es que hay una persona que les recomiendo que se llama Borja Vilaseca. Es un español que cuenta cosas muy prácticas y con ironía, en relación a la búsqueda de la felicidad: cómo sanar nuestro niño interior. Hay un video sobre “sanar tu niño interior” que no está dirigido a concebir o gestar, para nada, sino tiene que ver con lo que él propone que hizo y cuenta que hizo consigo mismo para sanar heridas. La verdad no sé si se llama sanar. Me interesa escucharlo porque es bastante cuidadoso con las palabras y los conceptos. Habla mucho de la herida del nacimiento. Algunas personas les llaman “la herida primal”. La herida Primal ¿Qué significa? se supone que cuando estamos en nuestro primer hogar, el útero materno estamos en un lugar calentito y cómodo, que todo lo que necesitamos se nos provee sin necesidad de hacer nada: está oscurito, estamos mullidos, en un medio líquido, dentro de la mamá. Pero también vivimos ahí aproximadamente nueve meses y en ese momento por supuesto que no tenemos el cerebro desarrollado y la posibilidad de simbolización como para entender y diferenciar que somos un ser diferente que nuestra mamá biológica. ¿Qué pasa con esto? cada vez se habla más incluso en Neurociencia de la relevancia de la vida intrauterina, en todo lo que es la epigenética y en la psiconeuroinmunoendocrinología desde la parte científica. Se habla del intercambio que hay entre la mamá y el bebé desde lo biológico. Imagínense un poquito qué pasa nosotros: cada bebé está en desarrollo en la panza de su mamá, se va completando, se van armando las distintas estructuras del sistema nervioso central, las distintas capas embrionarias, pero no están maduras. De hecho, hasta bastante después de nacer -dicen que el cerebro está maduro recién a los 25 años- y las primeras estructuras del sistema nervioso central que se forman tienen que ver con el sistema límbico y son las que guardan las impresiones que tienen que ver con las emociones y con los sentires y no con los estímulos. Entonces ¿qué pasa si nuestra mamá durante nuestra gestación estuvo bajo determinada situación estresante con mucho miedo o algún hecho traumático?. Por ejemplo mi caso: mi abuela materna falleció cuando yo estaba siendo gestada en el útero materno. Pueden haber: mudanzas, mudanzas de países, separaciones de parejas, pérdidas de familiares, o personas queridas, pérdidas de trabajo, crisis personales, o crisis vinculares. O sino también emociones que van atravesando. Bueno hay un montón de cosas que nos pasan a las mujeres que estamos gestando y lo mismo le pasó a nuestra mamá, y encima con menos conciencia de la que tenemos ahora. Cada vez vamos aprendiendo más sobre la maternidad consciente, la búsqueda, todo esto que trabajo yo en la preconcepción y que no estaba dicho en la época de mi mamá, ni de mi abuela. Y no se exploraba, no se trabajaba, y no se acompañaba a la mujer como ahora. Imagínense que ahí nosotros recibimos en nuestra vida intrauterina, un montón de información que no podíamos procesar y no sabíamos lo que significaba. Y eso tiene un impacto en cómo se forma nuestro carácter, cómo recibimos otras impresiones de una manera que no podemos poner en palabras, porque en ese momento no había forma de ponerlo en palabras y no había forma de distinguir que no era nuestro. Por eso es uno de los motivos por los cuales tiene sentido trabajar el primer hogar de un ser: explorar conectar liberar renovar El primer lugar de nuestro bebé, que es nuestro útero. Si te resuena te espero
