Nidra Mater

Tag: Mi método

La FERTILIDAD desde Miedo o desde el Amor

¡Buena tarde! Querida comunidad Hoy quiero hablar de algo que sé que no es muy taquillero, las razones por las cuales todo lo que hagamos desde el Amor florece, y lo que hagamos desde le miedo, perece. Y la fertilidad no escapa a este hecho. Te lo cuento con hechos de mi camino hacia la fertilidad: Desde el miedo 1- Sabía que mis probabilidad de ser mamá caían a los 35 2- A los 4 meses de “buscar” y no quedar (ni siquiera menstruar) fui al centro de fertilidad y mentí sobre el tiempo de búsqueda, dije “pasaron 6 meses” 3- Hice 6 ciclos de estimulación y relaciones programadas, en 3 centros de fertilidad porque ninguno me gustaba, y  1 una inseminación, en un estado de desconexión y miedo 4-Lloré a escondidas cuando cada amiga o conocida contaba su embarazo, todas podían menos yo Desde el amor 1-Me planteé que podía ser fértil  y quería llegar a la maternidad en estado de calma y bienestar 2-Me propuse conocer y respetar a mi cuerpo, y esperar para seguir con tratamientos a cuando lo sintiera 3-Me puse a hacer cursos de lo que me estaba haciendo bien para buscar una profesión que me hiciera activar mi creatividad 4-Cambié mi alimentación de a poco, con un plan propio y sin exigencias Estos tiempos estuve hablando de las ofertas masivas del momento de la medicina reproductiva y de los cientos de mensajes que me dejan por día contándome sus situaciones “me instaron a la ovodonación por 2 fiv fallidas y por mi edad” “tengo baja reserva me indicaron como única opción la ovodonación” “mis análisis no arrojan nada pero no quedo, entonces me mandan a ovodonación” El problema que yo veo en este tipo de mensaje, no es en sí ir a la ovodonación o no. Sino desde qué sentir estamos yendo.  No sé a vos Yo las leo en voz alta, respiro y lo que siento es: 1- temor 2- apuro Voy porque no me queda otra Voy porque mis ovarios y mis óvulos no sirven Voy porque se me acaba el tiempo Y lo que yo les propongo es hacer un proceso para ir desde:  1-Voy porque lo elijo y quiero probar 2-Voy porque estoy convencida que quiero ir por ahí 3-Voy porque me siento preparada y que es el momento. Yo no les puedo ofrecer “hacé esto y esto y te quedás embarazada” Yo les puedo ofrecer:  Formas de ir hacia adentro con mi método y procesos,  Ejercicios y rituales para repetir,  Cambios de hábitos,  Propuestas para conectarse con la creatividad en cada una,  Propuestas para equilibrar femenino y masculino  y todas las cuestiones más que se ponen en juego en la fertilidad y conjugué en los 6 Pilares de la Fertilidad Consciente y mi método FIC. y desde allí podrás elegir tu propio camino con convicción y calma, desde el amor.  Con todo el amor para iniciar este nuevo ciclo con la Fertilidad que todas tenemos de forma innata y natural. Te quiero invitar a sumarte a mi Podcast en youtube que es nuevito y te pido que te suscribas al canal desde alli: En Youtube: https://youtube.com/playlist?list=PLqO-aUrv5_R2gtzl-fx0fLMYRHTTAMyRYEn Spotify: https://open.spotify.com/show/234Rfkbw5hLfHYwOYNaJ56 Jor y Equipo Nidra Mater.

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El camino hacia la Fertilidad Integral Consciente

El 22 de marzo de 2016 fue el día que vi el único test de embarazo positivo de toda mi historia.  Recuerdo la imagen con mucha claridad. Sentada en mi cocina, me dije a mí misma: “esto lo tengo que compartir, no puede quedar para mí sola.” Compartir mi camino hacia la fertilidad, que había comenzado mucho antes. Hacer de ese camino mío (azaroso, desordenado, con muchas sombras, en soledad) una guía para otras mujeres (organizada, luminosa, en compañía). Por qué NIDRA MATER Elegí el nombre NIDRA MATER porque refiere a lo que quise y sigo queriendo comunicar.  En él se unen dos culturas.  NIDRA es una diosa hindú, y puede traducirse como “unión en el sueño”, ese estado de vigilia que alcanzamos en la meditación y permite conectar el cuerpo físico, mental y espiritual.  MATER es “madre” en latín.  Para mí, el proceso de ser madre fue conectarme conmigo misma en mi integralidad, reconocerme en mi ser completo. Hoy puedo entender que la alineación de mi cuerpo, mis hábitos cotidianos, mis relaciones, mis emociones, mi espiritualidad, mi mente, es la clave para concebir y gestar todo lo nuevo que traigo a mi vida.  Y poco a poco este nombre se llenó de otros a su alrededor, como el árbol que da más frutos a medida que llega a cada primavera.  Mis compañeras en el trayecto de la nutrición fértil La primera fue IRINA, mi compañera de canto. La convoqué por resonancia, y porque, al ser psicóloga, aportaba esa mirada profunda sobre nuestra interioridad.  Juntas recorrimos los primeros años de los Talleres de Fertilidad. Ella fue mi apoyo para hablar de tantos sentires y pesares. Con su amor y entusiasmo me enseñó a contener las inevitables reacciones que se generan al tocar un lugar tan delicado de nuestro deseo. De su mano llegué al mundo del Mindfulness y me dio las bases para que siguiera investigando sobre Ciclicidad Femenina desde la Ginecología Natural, que ya venía transitando para mí misma. Luego llegó LORENA, bióloga que se dedicó a investigar para sí misma la nutrición naturista y depurativa. De ella aprendí mucho, especialmente pude integrar lo que había recorrido para mi proceso de fecundidad, investigando y poniendo a prueba en mi cuerpo los consejos de la nutricionista española Virginia Ruiperez.  No fue la única nutricionista que aportó sus saberes a este proyecto. más adelante llegó mi querida PRISCILA, que probó para sí misma la nutrición para la fertilidad, a pesar de que no había escuchado la más mínima mención de ella en su carrera universitaria.  Mis estaciones en el trayecto del movimiento y la meditación fértil Me reconozco inconstante para lo que tenga que ver con mi bienestar. Por eso, para garantizar mi continuidad en la práctica del movimiento del cuerpo y la meditación, en aquel tiempo cuando mi bebé no llegaba me había inscripto en el Profesorado de Yoga. Allí mi cuerpo se empezó a abrir… Cuando a la mitad de esa formación llegó mi test positivo, tuve un poco de temor el primer mes y por eso hice una pausa. Pero luego retomé con más fuerzas. Me puse como objetivo terminar antes del nacimiento porque sabía que luego se me iba a complicar. ¡Y así lo hice, me recibí 10 días antes del nacimiento de mi hijo con mi panza a pleno y mucha flexibilidad para compartir!  Mis estaciones en el trayecto de la salud reproductiva natural Entre medio, empecé a prepararme para poder compartir a otras lo que había experimentado y tanto bien me había hecho: Fitomedicina, Tantra, Terapia Sacro Uterina… todas estas fueron formaciones que pasé primero por mi cuerpo. En 2018 completé también una formación de Biodecodificación con una metodología llamada Rizoma. El rizoma es una raíz de varias facetas unidas entre sí bajo la tierra. Por eso me resuena. Comparto totalmente que la llave de nuestros bloqueos para manifestar deseos o para curarnos está en encontrar las raíces bajo la tierra, y la conexión entre todas ellas. Claro, no es algo sencillo, pero sí es posible.  Es una exploración interna que genera mucha liberación y liviandad. También es necesario proseguirla más allá, ampliando el autoconocimiento.  Mis desafíos cuando no había “plan B” En 2018 me separé del papá de Mateo. Y eso significó ampliar mi fertilidad para manifestarla en lo profesional y laboral y así generar mi tranquilidad financiera. Así fue que me animé a armar por primera vez una Formación a mi cargo.  Mi visión no era la económica. Me movía la necesidad de expandir estas buenas noticias y de armar una RED de Fertilidad Consciente.  Encaré esta tarea de la mano de Irina y convocando la sabiduría de mis maestras en las formaciones que había transitado.  Recuerdo el primer grupo que tuvo confianza en mí, y venía los domingos por la tarde a mi dos ambientes. La sala de juguetes de Mateo se transformaba en sala de formación profesional en un santiamén. En ese momento trabajaba todo el tiempo que Mateo estaba con su papá para sentirme segura.  Estas 8 primeras mujeres que confiaron me enseñaron mucho de lo que cada una de ellas sabía (sobre crianza, coaching, psicología, su experiencia como doula…) Estos últimos tres años Al principio atendí muchas mujeres y parejas desde la Biodescodificación, ayudándolas a desandar y rearmar sus líneas de tiempo en relación con la fertilidad.  Pero en el inicio de la pandemia, fue tal la cantidad de solicitudes de ayuda (y todos on-line), que le ofrecí a LAURA que me acompañara. Ella era biodecodificadora y había hecho mi formación para acompañantes de fertilidad.  Laura atendió on line muchas personas durante un tiempo.  Ese mismo año me formé en fertilidad humana y salud reproductiva en la UNED, España, dirigida por Virginia Ruiperez.  NIDRA MATER llegó a 2021 habiendo recorrido un mundo más personalizado y acotado desde 2016, con acompañamientos individuales y algunos talleres grupales compartidos, con ya varias formaciones impartidas que empezaron a gestar mi Red Interdisciplinaria de Fertilidad Consciente.  El mundo post pandemia me desafió a

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El útero materno es el primer hogar

Hola, ¿cómo estás? Seguro ya te enteraste porque lo compartí bastante, hace unos días se fue mi madre de este plano físico Además de estar transitando el duelo y el movimiento interno y familiar que esta situación me trae quiero compartirte algo que puede servirte en tu proceso de Fertilidad, algunas fichas que me van cayendo y así te traigo este hallazgo que me confirma lo que venía comunicando a partir de mi sentir. Definitivamente confirmo que el útero materno es el primer hogar Y muchas veces por más tiempo del que creemos El día que mi mamá tuvo un ACV (que desencadenó su partida) yo me mudé a mi primera casa propia. Más simbólico no pudo ser. Hace 4 años escribo cada tanto “el útero materno es el primer hogar”. Hace 4 años intenciono la manera de llegar a mi “casa propia”. En mi caso parece como si me hubiera podido mudar de “hogar” recién cuando mi mamá dejó su plano físico y me quedé sin ese espacio. Te cuento más. La última comunicación que tuve con su cuerpo fue mostrarle por video llamada mi nueva casa. Ella se dormía pero lo único que me pudo decir y que yo escuché fue “hermoso hija” GUAUUUU!! 

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Las 4 Actitudes de la Fertilidad Consciente

La FERTILIDAD es la conexión con nuestra capacidad creadora, crear vida dentro nuestro para luego poder manifestarla en el mundo exterior. Desde esta mirada, recibir hijos es una de sus manifestaciones pero no la única. Más adelante te contaré entonces cómo activar esta capacidad en sentido amplio, y en el sentido de la reproducción humana, de manera natural. La fertilidad enfocada en recibir hijos desde mi punto de vista es un proceso en el que la persona se conecta con su poder interior, sus posibilidades, y se integra registrando deseos, miedos y todos los aspectos corporales, mentales y espirituales que se ponen en juego al querer convertirse en mamá o papá. Este proceso es uno de los más importantes en la vida ya que es el inicio del camino orientado a acompañar a otra persona a desarrollarse desde cero y por lo tanto vale la pena prepararnos y convertirnos en nuestra mejor versión para ello.   En general en la sociedad moderna no registramos este proceso hasta que tenemos problemas para concebir, lamentablemente cada vez con mayor frecuencia.  La buena noticia es que para el abordaje de la Fertilidad consciente que construyo hace 9 años desde mi propia historia, podemos hacer mucho para mejorar nuestra fertilidad.  La propuesta es centrarnos y orientar nuestra inversión de tiempo, dinero y energías a estar saludables y receptivos para propiciar la llegada de un hijo.  El ejemplo más claro de estas herramientas es la nutrición. Siguiendo el camino de lo que llamamos la “nutrición fértil” nos preparamos para que todo nuestro organismo esté en sus mejores condiciones para la recepción de un hijo, ¿Cómo?  Mejorando a través de hábitos alimenticios, la calidad de nuestras células en general y en particular las germinales (óvulos y espermatozoides), el endometrio (útero) que será el primer «hogar» de nuestro hijo, como así también la capacidad de nuestro organismo de adaptarse a las numerosas transformaciones que implica una gestación.  Así como ésta, hay muchas otras herramientas para explorar. Cabe destacar que todas requieren nuestro compromiso de trabajo interno y lo más importante, no tienen contraindicaciones. Te cuento mi primer secreto: eso hice yo cuando no conocía nada de esto y solo había ido como a 4 centros de fertilidad y cada vez me sentía mas lejos de mi objetivo: me abri a otras propuestas, empezaron a llegar y cada vez que iba a probar una, me preguntaba “esto me puede hacer mal”? esta persona me transmite amor? SI entonces iba con confianza y todo me hacía bien! Me empece a sentir cada vez mejor. En general en la sociedad actual no nos cuestionamos cuando invertimos años de nuestras vidas para estudiar una profesión que ejerceremos 30/35 años, pero no queremos asignar tiempo en prepararnos para gestar y acompañar a un ser que tendrá una expectativa de 90 aproximadamente y que nos dará la profesión de por vida más difícil y comprometida (ser mamás o papás).  Así queremos que en 10 minutos nuestro “plan” de ser mamás y papás se concrete y nos frustramos cuando el bebé no llega en el primer mes de “dejar de cuidarnos” y buscamos soluciones “rápidas”.  Según la fertilidad consciente traemos a la luz nuestros procesos internos e invertimos  nuestras energías en prepararnos para ser mamás y papás sea cual sea la forma que elijamos o necesitemos para que se produzca la concepción: natural, reproducción asistida, adopción y las múltiples formas de ma-paternar posibles. Podemos hablar ahora de hábitos y estilos de vida que contribuyen a crear un ámbito propicio para la llegada de un hijo con salud y bienestar que llamo “Pilares de la Fertilidad Consciente”. Pilar 1: Las actitudes Fértiles Integrarnos: Consiste en explorar y reconocer qué creencias, deseos, miedos, hábitos, están detrás del proceso de la “búsqueda” de un hijo e integrarlos al proceso, buscar ayuda si es necesario. Si solo nos centramos en el sistema reproductor estaremos dejando de lado todo lo que somos y que puede traernos por bloqueos inconscientes. Un ejemplo de esto es revisar con biodecodificación o constelaciones qué historias en nuestra llagada al mundo o nuestra familia están vinculadas a la maternidad-hijos-nacimientos que pueden estarnos dando la información de manera inconsciente de que NO es bueno para nosotros repetir esas historias y por lo tanto, las evitamos para protegernos.  Empoderarnos: el proceso de la fertilidad es interno y es propio. Nos conocemos, amamamos u odiamos nosotros mismos y por lo tanto podemos activar nuestra medicina interior. Los otros y la ciencia son herramientas que podemos usar cuándo y cómo lo necesite cada uno. Desde este punto de vista la propuesta es centrarnos en reconocer nuestro ritmo interno, nuestros ciclos, y transformar lo que sea necesario para que estén disponibles para la fertilidad. Ejemplo de esto es en las mujeres conocer profundamente nuestro ciclo femenino, la base biológica de la fertilidad. Conectar con la propia capacidad: A menudo cuando depositamos en otros (como los médicos) el poder sobre nuestro proceso de fertilidad perdemos confianza en nuestra propia capacidad creativa y la abandonamos. Cuando tenemos alrededor de 40 años a las mujeres nos dicen que estamos “viejas” para ser mamás y perdemos la confianza. Lo mismo si hay indicadores en estudios médicos que nos indican “bajas probabilidades” como la hormona “antimuleriana baja”. La propuesta es conectar con lo que SI tenemos, nuestra capacidad de crear vida. Puede ser a través de actividades artísticas o contacto con la naturaleza que podemos sentir el poder creador en nosotras y eso expandirlo a propio cuerpo. Enfocar en el placer: incluye dejar de enfocarnos en el sacrificio que tenemos que hacer para ser mamás-papás. Intentar “concebir” el día de la ovulación es una frustración segura y es muy probable que no lo logremos de esta manera si aún no lo hicimos. Así el foco del proceso buscaremos direccionarlo a encontrar más momentos de placer personales y de la pareja (entendiendo que el placer se trata de bienestar y por lo tanto de salud). Un ejemplo concreto es poner en agenda una actividad diaria

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Ser receptivas para concebir

“Concebir un hijo es un acto receptivo, no un maratón que se puede programar dentro de la agenda diaria. Varios estudios indican que la atención excesiva al objetivo de tener un hijo podría ser causa de una maduración prematura de los óvulos dentro del ovario con la subsiguiente liberación de óvulos no preparados para ser fecundados” Dra Christiane Northrup en “Cuerpo de Mujer Sabiduría de Mujer” año 2000 En el artículo anterior te prometí hablar un poco más sobre esta tendencia que podemos tener algunas mujeres a tener muy activa la energía masculina y que esto puede tener que ver con el motivo de la NO llegada de nuestro embarazo. Aún cuando no es ninguna enfermedad y nuestras vidas pueden llegar a resultarnos funcionales para nuestras creencias y las de nuestro entorno, justamente el enfrentarnos a un deseo profundo de recibir un hijo que no se concreta puede estar poniendo de manifiesto algún desequilibrio en la presencia de nuestra energía receptiva que es predominantemente de tipo femenino. ¿Qué significa tener predominancia de energía masculina? No significa que parezcamos hombres, de hecho todo en el mundo tienen ambas energías. Pero quienes tenemos esta predominancia seremos: Mi hipótesis sobre por qué se da esto en mi, es que pertenezco a la Generación X y muchas fuimos educadas por mujeres que querían liberarse de la sumisión, del ser amas de casa, de tener la imposibilidad de salir de la casa y autoabastecerse y depender de un hombre. Asociamos todo esto a ser mujer, a lo femenino y buscamos equipararnos a los hombres. La Dra Northrup que cito arriba dice que para concebir hay que ser ÓVULOS y no ESPERMATOZOIDES y muchas mujeres buscamos más encarnar la energía de este tipo de célula germinal y no del óvulo que ESPERA al espermatozoide, el útero que recibe al EMBRIÓN mullido y calentito. Como si todas las cualidades del complejo acto de gestación las hubiéramos asociado a aquellas que queremos evitar para no repetir la historia de las generaciones anteriores de mujeres. Muchas de nuestras madres NO querían la dependencia y nos lo explicaron mucho y nos propusieron que seamos “profesionales” e “independientes” de nuestros maridos. No se, vos pero a mi me quedó marcado a fuego no solo porque me lo decían sino porque experimentaba la disconformidad de mi madre con su rol, podía sentirla. No digo que siempre sea así, por supuesto, sino que explicó uno de los motivos por los cuales puede haberse dado esta tendencia en mi a activar y preferir la energía masculina. Y a mi me cierra por todos lados. No necesito que alguien de afuera me lo confirme. En esta historia, la energía femenina fue asociada por mi (sin saberlo por supuesto) a cualidades no deseables: Y SI eran deseables las otras: 🔸estudiar y recibirme (logro profesional)🔸trabajar y generar dinero Todas vinculadas a la energía de tipo MASCULINO. Y así mi cuerpo evitó la ovulación por muchos años. SOLO cuando yo misma -a los golpes y porrazos- me encontré con esto en sombras, lo acepté y me dispuse a amigarme con lo que necesitaba para estar receptiva, mi cuerpo empezó a habilitar la ovulación, el reencuentro con mi sexualidad, con mi emocionalidad fluctuante. Todo GRACIAS al hecho no de poder embarazarme y no saber para donde ir, con la imperiosa necesidad y deseo de entender a mi cuerpo, a mis circunstancias y de ser protagonista de mi encuentro con el arquetipo de la MADRE Como dicen mis mentoras de manifestación: “después de la noche más oscura, viene el amanecer” Sin saberlo, encarné mis energías ocultas, creé mi modelo deseado para ser mujer y mamá profesional a la vez, me vi maternal y a la vez de fuentes de ingresos y trabajo. Y solo allí el bebé que nos estaba esperando se hizo presente. Hoy de vez en cuando Mateo me recuerda con una simpleza que aún no se cuestiona:  “mamá yo te estuve esperando mucho tiempo, y vos todos los días querías ser mamá, no?”. Si querés seguir escuchando sobre Fertilidad Consciente, te invito a mi Podcast! En este video de 8 minutos te explico cómo conectar con el primer hogar de un bebé: SEGUIR ESTE LINK Con amor siempre Jor

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Anticoncepción Invisible

Hoy quiero enfocar en la mirada que descubrí en 2014 sobre mi propia situación de “infertilidad” (en realidad de que mi bebe no llegara cuando lo había decidido). ¿Y si mi cuerpo no solo no funcionaba mal sino que funcionaba tan bien que me cuidaba de que algo temido me ocurriera? Definición A eso llamamos un mecanismo de anticoncepción natural, y no lo inventé YO!!! Lo escuché de otros pero lo repito mucho y por eso quería hablar sobre esto. Sería una desactivación de nuestra función de reproducción de manera natural y orgánica por el cuerpo. ¡Es un dato! ¿Cuándo SI sabemos científicamente que eso se produce? Cuando por ejemplo estamos en situación de estrés por una circunstancia real o percibida como de peligro. Ejemplo: si mi vida está en peligro y tengo que tomar una acción rápida, varias funciones que no son de supervivencia se desactivan. ¿Para qué? Inteligente el cuerpo como es, deriva todos los recursos disponibles a salir de esa emergencia. En una emergencia o riesgo de vida no sería necesario (ni prudente) dormirnos, digerir, relajarnos, y tampoco concebir. Por eso decimos que la función biológica de reproducción NO es una función primaria. Como individuos, podemos vivir tranquilamente sanos toda la vida sin reproducirnos. ¿Para qué te lo cuento? Aún en las estadísticas de la medicina reproductiva, hay un 20% de casos de infertilidad sin causa aparente. Esto significa que se realizan todos los estudios de fertilidad y encuentran todos parámetros “normales” osea que no pueden encontrar causas médicas para la infertilidad. También muchas de ustedes se hacen los mejores tratamientos de alta complejidad y los embriones se analizan y dan calidad óptima, o reciben óvulos de donante con alta «performance» y luego no se produce la implantación. Y no encuentran respuesta. La respuesta es: no siempre que no llegue un bebé a nuestras panzas significa que tenemos un problema o una enfermedad. Tal vez lo que está ocurriendo es que nuestro cuerpo decide que NO es el momento propicio para que nos hagamos cargo de todo lo que conlleva recibir un hijo o hija, que es una gran demanda energética en todo sentido. Tal vez es un MECANISMO NATURAL y SALUDABLE el que nuestro cuerpo está activando y NO una enfermedad como solemos creer, y por eso lo primero que hacemos es ir al médico para que nos de un “diagnóstico”. Propuesta:  ¿Y si te diagnosticás vos primero? ¿Si revisás que cosas de tu vida actual o pasada pueden estar operando hoy y activándose al momento de decidir ser mamá o papá y buscar concebir para que se esté activando tu mecanismo de anticoncepción natural? ¿Qué pasa si cambiás la mirada y pensás que tu cuerpo te está protegiendo y NO que está en contra tuya que decidiste hace un tiempo que estabas para ser mamá y el bebé no llega? Entonces si te resuena esta nueva mirada, te invito a dejarme tu contacto y tu situación para ofrecerte lo que mejor puedo darte en relación a tu situación particular. Hacé click aquí y contame: Quiero saber más sobre cómo me pueden acompañar. Con amor siempre Jor

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Cómo hice para Confiar en Mi Fertilidad?

En el 2013 por una pregunta/ propuesta de mi pareja me cayó la ficha de que SI quería ser mama. A mis 35 años. 4 años después llegó el primer y ùnico test de embarazo positivo de mi vida. Creo que me hice 25 por lo menos… toda una vida dedicada a la anticoncepción con mucha eficiencia. Cómo hice para Confiar en Mi Fertilidad? La verdad empecé desde la ignorancia, desde la desconfianza. Te cuento un poco de mi historia…. Comencé la búsqueda de un hijo con mi pareja cuando tenía 35 años y luego de más de 15 de tomar anticonceptivos orales. A los 4 meses tenía períodos irregulares y me auto decreté internamente con “problemas para concebir”. Recurrí a mi lugar conocido, la medicina alopática, la del médico de guardapolvo sentado en un lado del escritorio con matrícula habilitante y recetario en mano. Pedí referencias y recomendaciones y nos encausamos al centro de “fertilidad”. Allí me indicaron todos los estudios que teníamos que hacer para evaluar nuestra fertilidad, pero ya con un previo diagnostico mío de “SOP” -síndrome de ovario poliquístico – hereditario. Un hito y la segunda médica de reproducción asistida que consulté me hicieron un click interior que agradezco infinitamente: Luego de tres meses de tratamiento solo hormonal y relaciones sexuales pautadas fallidas, me propuso de un día para el otro “hacer la inseminación”. La inseminación artificial (¿qué feo suena, no?) Consiste en preparar hormonalmente a la mujer una vez que está por ovular, procurar la ovulación con una inyección y extraer del hombre una muestra de esperma que se inyecta en la vagina de la mujer en un consultorio esperando que se ayude así a producir la fecundación del ovulo por un espermatozoide, dentro de la trompa uterina de la mujer. En esa consulta médica estaba yo sola con la doctora, mi pareja de viaje. Me dio un mundo de datos en dos minutos y me dijo que lo hablara con él para tomar la decisión. No retuve casi nada y no sabía qué hacer ni qué pensar. Pero como tenía que decidir ese día, le pedí que ella me recomendara y los pasos eran: hoy tener relaciones sexuales, mañana inyección en la panza, pasado muestra de semen, al laboratorio, y yo 2 litros de líquido y al consultorio a inseminar con la muestra “centrifugada”. En ese momento era tal mi nivel de ansiedad que no atiné a más que a decirle a la Doc.: “yo no puedo decidir si lo hago o no, no sé si sirve o no, decime vos, y mi marido menos, solo tendrá la información que yo le de”. Llegó el a la noche, cansado le planteé todo muy ansiosa, él no tenía muchas ganas de hacer todo lo que me habían recetado pero me acompañó, imaginen esa noche el deseo y la libido por donde la teníamos… por las catacumbas… yo no pude dormir las 2 siguientes noches, y bueno hicimos todo como una tarea de colegio. Pero el procedimiento que era muy rápido en teoría dentro del consultorio no lo fue tanto y la doctora me dijo ahí mismo que había algo obstruyendo en mi cuello uterino. Y en ese mismo acto donde estábamos generando la posibilidad de una concepción me explicó el estudio/intervención que tenía que hacerme si no funcionaba. Ahí ya me chocó, pensé que no tenía sentido que me estuviera diciendo eso en ese momento cuando por ahí me embarazaba, ¿por qué no esperar? Y la espera fue larga y amarga, tal cual lo dicen todos los blogs en los que una se mete para encontrar gente con las mismas inquietudes. Luego de la inseminación se espera por dos semanas y se hace un análisis de sangre, salvo que antes aparezca la menstruación. A este tiempo se le denomina la famosa “beta espera” que te da una ansiedad que mamita querida. Pero nosotros no llegamos al análisis de sangre, un día antes de ir a la doctora después de las dos semanas llegó la tan temida “menstruación”. En este sinuoso pero rico proceso aprendí que realmente las palabras con las que nombramos cada suceso ya lo está condicionando. No es lo mismo decir “estoy indispuesta” a decir “estoy con mi luna”, como lo dice la ginecología natural. Estar in dispuesta es NO estar dispuesta. Estar con mi luna, primero indica que me apropio del proceso y luego que es un hecho de la naturaleza, y de la naturaleza femenina, ya que la Luna es el astro arquetipo de lo femenino. No es lo mismo decir “soy estéril” a decir “estoy en un proceso de preconcepción” A veces nos tiramos muy abajo las mujeres y esto nos juega en contra. Pero nunca es tarde para desandar ese camino y construir uno nuevo, donde nos amiguemos con nuestra naturaleza y nuestros procesos internos. Retomando mi historia, el día “D” fue el día en que volvimos a la doctora después del tratamiento “fracasado”. Ella nos explicó de nuevo el estudio en quirófano que me quería hacer, por pedido mío ya que no recordaba nada de todo lo que me había explicado en el mismo momento de hacer la inseminación. También, apurada como antes me dijo “ya te doy turno para este viernes, hace estos estudios A, B. C mañana y venís al quirófano el viernes”. Mi cara fue tan expresiva que ella misma me consultó si no estaba queriendo hacerlo. Y me sinceré conmigo y le dije que NO, que no tenía ganas. La verdad tampoco habría querido hacer la inseminación ni todos sus pasos pero no me había atrevido ni siquiera a pensarlo. Hoy entiendo que cuando las mujeres nos metemos en esa vorágine de los tratamientos necesarios para que llegue un hijo muchas veces dejamos de preguntarnos por nuestro deseo, por nuestras ganas porque consideramos que tenemos que hacer todo el sacrificio posible para ser mamás. Entonces recuerdo cómo salimos del consultorio y algo se me hizo más liviano en el cuerpo, y le explique

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